🌱💧 FCAyF–UACH impulsa el uso de semillas nativas para el ahorro de agua

La investigación destaca a las variedades locales como una estrategia clave frente al cambio climático y la escasez hídrica

Ante los efectos cada vez más evidentes del cambio climático en la agricultura, el uso de variedades locales y semillas nativas se perfila como una estrategia clave para mitigar los riesgos asociados a un clima cada vez más impredecible. En este contexto, la Facultad de Ciencias Agrícolas y Forestales de la Universidad Autónoma de Chihuahua impulsa la investigación y revalorización de estos recursos genéticos como aliados fundamentales para la adaptación de los sistemas productivos y el ahorro de agua.

Así lo explica el Carlos Abel Ramírez Estrada, docente-investigador de la FCAyF–UACH, quien señala que las variedades locales tienen la capacidad de expresar un mayor potencial de crecimiento en condiciones adversas, gracias a resistencias adquiridas a lo largo de generaciones en entornos específicos.

Entre las semillas que se estudian y conservan se encuentran maíz criollo y maíz azul provenientes de la zona serrana, así como cultivos adaptados a climas semiáridos, entre ellos girasol, canola, granado y olivo, los cuales requieren procesos de selección de los mejores materiales disponibles de forma silvestre.

El especialista destaca que estas adaptaciones permiten a los cultivos responder de mejor manera a escenarios extremos como altas temperaturas, radiación excesiva, resistencia a plagas, sequías prolongadas, inundaciones e incluso heladas, condiciones cada vez más frecuentes como consecuencia del cambio climático.

De manera similar, las semillas nativas concentran una amplia diversidad genética, lo que les permite activar mecanismos de resistencia ante cambios ambientales que ponen en riesgo su ciclo de vida. Esta variabilidad se convierte en un factor determinante para la resiliencia agrícola.

En contraste, el investigador explica que las semillas comerciales suelen desarrollarse bajo criterios de uniformidad genética, lo que facilita su manejo y producción, pero también incrementa su vulnerabilidad ante variaciones bruscas del clima, al limitar su capacidad de adaptación.

Finalmente, el Dr. Ramírez Estrada subraya que la conservación, uso y revalorización de semillas nativas no solo es una respuesta al cambio climático, sino también una vía para fortalecer la soberanía alimentaria y promover sistemas agrícolas más sostenibles, resilientes y acordes a las realidades regionales.

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